10 de diciembre de 2017

En el horno

Se que ya no publico entradas con la misma frecuencia que al principio, pero tengo un pequeño proyecto que me esta quitando tiempo. En este momento no puedo dar muchos datos, pero aquí os dejo algunas de las cosas que me rondan por la cabeza. Necesito encajar a ocho personas en un intervalo de tiempo de 6 meses, también tengo que matar a dos de ellos, y no esta siendo fácil. Por otro lado tengo que recordar detalles de viajes y ciudades, así como anécdotas de mi juventud mezcladas con situaciones del presente, vamos que tengo la cabeza que no sabe por donde tirar sin perder el rumbo. Como seguramente habéis adivinado estoy en pleno proceso de un relato largo, o también llamada novela, y para que veáis lo que os agradezco vuestras visitas a este que mas que mio es vuestro blog, aquí os dejo el comienzo del primer capitulo, y pronto volverán los relatos cortos, espero que os guste.


La habitación donde me encuentro mide 3.40 metros de largo, 1,63 metros de ancho, y +/- 2,50 metros de alto, estas medidas no son al azar, lo que pasa es que el azulejo que cubre las paredes, de suelo a techo, se llama amanecer en la montaña, este mismo azulejo lo vi instalar hace unos años en una obra y recuerdo que era de 20cmX20cm, recordando esto, si de ancho conté 8, de largo 17, y de alto 12 y un trozo, pues medidas sacadas. Otro dato a tener en cuenta es que la sala tiene una puerta, pero no ventanas, y eso lo hace un poco agobiante, aunque en un lateral hay instalada en el techo una máquina de aire acondicionado, pero la verdad que para esa época del año, estamos en pleno invierno, da bastante frió, diría que esta sala esta como mucho a unos 10º, yo que casi siempre tengo frio, pero aquí me estoy congelando. Sigamos con el mobiliario, la mesa es un poco mejor que esas que se llevan a la playa cualquier domingo, pero bastante cutre para una oficina o como le llamen a este sitio, y que decir de la silla, incomoda no es, incomodo es cuando llevas más de una hora sentado sobre algo y te empieza a doler todo el cuerpo, con esta silla tres minutos bastan para hacer el mismo efecto, ya he probado unas 20 posturas y nada, esta cabrona es incomoda incluso si estas de pie, con solo mirarla ya te duele todo. Sobre la mesa aparte de los folios y un bolígrafo hay tres botellas de agua sin abrir, y poco más que contar, bueno no me quiero olvidar de que en el techo aparte de la máquina de frio, en dos esquinas hay unas cámaras de vigilancia de esas redondas, esas que nunca sabes para donde apuntan, bueno menos en los centros comerciales que siempre miran a los culos de las tías, hace años vi como una chica con pantalón blanco y tanga negro era perseguida por las cámaras y por personal de seguridad mientras su amigo se llevaba un portátil de la tienda, código negro en el pasillo 3, le decían al personal de a pie por el walkie. Y así están las cosas en este momento, hace unas dos horas que me han traído del aeropuerto a aquí, durante el camino no me han dicho nada, la única comunicación con ellos fue cuando me preguntaron si yo era Bruce cuando baje del avión, y yo conteste que sí. El aburrimiento ya me estaba pasando factura en la mente y los dibujos en el folio ya eran rallas a lo loco, se abrió la puerta de la sala, entraron dos personas, por cierto uno de ellos con cara de pocos amigos, buenos días, dijo el otro, ¿sabes porque estás aquí?, me pregunto, pues no, conteste, pues para que dibujes mierdas seguro que no, grito el otro.



    

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