19 de septiembre de 2016

El transporte


 Vengo del sur de entrega una estatua para un jardín.  La hora de la entrega fue a las dos de la madrugada, parece ser que el cliente da una comida hoy y la estatua es una sorpresa. El viaje casi me lo voy a saltar, solo deciros que como los anteriores el tiempo fue muy justo. Tengo que conseguir por lo menos tiempo para comer, el comer conduciendo no le sienta nada bien a mi estómago. A una hora de mi llegada recibo las últimas instrucciones para la entrega, ya en el destino me encuentro con el cliente en la puerta de una urbanización de chalets. Después de los saludos me pide que lo acompañe, pasamos entre las casas unos cien metros, siempre pisando jardín ya que no había caminos específicos,  quitando las entradas a las casas, y un puente para cruzar un supuesto lago. Aquí,  aquí mismo me la deja usted, me dijo de repente. ¿Cómo dice?, le pregunte, Que aquí la quiero poner, me contesto. Aunque hacia algo de frío a mí me subió la temperatura de repente. ¿Dígame por favor que no estamos solos?¿ usted sabe que la carga pesa unos 400 kg?, pregunte asustado, No contesto, pero su cara de repente era un poema. De camino de vuelta al furgón me contó que la compro por Internet y el leyó 40 kg no 400. Cuando llegamos al furgón le enseño la carga que delgada sí, pero pesada mucho. Después de un rato pensando, sin parar de mirar la estatua, me dice, vamos a ver, usted está fuerte a simple vista con  50kg puede, yo aunque poca cosa hago fitness 30kg para mí, a mi suegra venga 20kg adjudicados, Antonio el vigilante nocturno hace pesas 80kg le tocan, y a Anita que cuida la casa y al limpiar la he visto levantar cosas, por lo cual el resto para ella, y se fue tan contento a buscar al equipo, vamos yo de números no soy pero Anita tiene que levantar 220kg. Al cuarto de hora vuelve con el escuadrón de la carga y descarga. La suegra era mayor pero tenía un aire con Angelina jolie, después de diez años muerta. El de seguridad creo que no levantaba pesas, se las comía y las guardaba en el estómago. Y detrás la Messi del asunto, Anita 1,50 de alto y 90 de peso, recién levantada de la cama y con cara de pocos amigos. El cliente organizo. cliente: los tres hombres a la base, suegra usted busque la ruta y Anita a la cabeza. Anita lo intentó pero aquello no se movía. cliente:(gritando) Anita que pasa nos deja todo a nosotros, ponga algo de su parte, con esa actitud no podemos. Anita: yo pongo pero esto está pegado al suelo. cliente: menos disculpas y levante que yo sé que usted  puede. Anita: señor ¿y si la cambia por unos enanitos?, así sí que puedo. Mientras sigue la disputa se me da por mirar a la puerta de la urbanización  y allí estaban dos niños quietos y sin perder detalle, parecían las niñas de la película "el resplandor". En esto que el cliente los ve y gritando (como no) cliente; niños ¿no tenéis papas?. niños: sí. cliente: ¿y cómo son?¿tal vez fuertes?. el mío juega al pádel, contesta uno. Pues venga a avisarles rapidito. Al rato a lo lejos aparecen cuatro siluetas aparte de los niños. No os puedo explicar porque al verlos se me vino a la cabeza el grupo ABBA. Ellas competían en joyas, una era el catálogo de Tous y la otra del corte inglés. El del pádel  creo que se fumó medio jardín y el otro se bebió parte del lago. A rato de llegar el fumado tomo el mando y tous pregunto por Antonio (no lo había visto dentro del furgón),¿ alguien lo vio o estará tocándose en la garita? Estoy aquí señora, comento mientras salía de la oscuridad de la caja del furgón  tous quedó helada pero fue el del lago el que rápido cambio el tema, a su manera claro. Pues mira así duermes más tranquila sabiendo que vigila con dos porras. Menos Antonio los demás no pudimos aguantar la risa. Después del cachondeo llego el momento de la verdad, aquello empezó a moverse y la verdad cuando la vi fuera del furgón respiré, y ahora que la pongan donde quieran, pensé para mí. El trayecto por el jardín fue caótico  el cliente y Anita no pararon de darse caña mutuamente, pero la más sonada fue cuando hubo que romper un arbusto, y el cliente le explicaba a Anita que los jardineros tenían un pegamento especial para estos casos. Llagamos al puente y el fumado decidió nadar un rato llevándose a uno de los niños por delante. Pero aun así llegamos, la tous sin un zapato, el fumado empapado, Anita desquiciada  Antonio no volvió a ser el mismo desde el comentario, y la del corte creo que lo miraba de otra forma sabiendo como patrullaba. Por cierto si la estatua era una sorpresa creo que con el follón que montamos salieron todos los vecinos, no para ayudar, pero si para ver un espectáculo único, que si no lo ves no te lo crees.



4 de septiembre de 2016

Planta 25


Crisis, posiblemente esta sea la palabra más usada en los últimos años. Desde hace algún tiempo el término crisis es la cuartada perfecta para todo tipo de comportamiento en el ser humano. Por ella se dejó de amar, sonreír, tener salud, perdida de amistades, en resumen, de vivir como estábamos acostumbrados. Pero dejare el mundo de la crisis en general y os contare algo del ámbito laboral.
No hace mucho cuando en la empresa todo iba más o menos bien, incluso tenía alguna amistad, cosa que al día de hoy sería imposible, pero continuemos, vivíamos como se dice, en paz y harmonía, pero apareció ella. De un día para otro y casi darnos cuenta, el mal ambiente se hizo fuerte en la obra, sin saber muy bien cómo, todos pasamos a ser objetivo de caza de los encargados, esos seres que pasaron a dar órdenes sin pensar en los demás, solo en ellos y en  la empresa, siempre decían que no tenían tiempo para pensar en todo. Pasaban los días sin saber cuándo tú serias el siguiente en subirte al tren del desempleo, las luchas de peloteo se hicieron comunes a la hora de la comida, como si del cine se tratara “solo puede quedar uno”.  Al principio expresiones como: “aquí eres un número más” “la empresa pierde dinero contigo” “50 tienes detrás de ti que quieren tu puesto”, te llegaban a molestar, pero con el tiempo hasta puedo decir que, muy a mi pesar, te acostumbras a todo, incluso a esas lindezas. Fueron pasando los meses y las cosas no fueron a mejor, pero tampoco a peor, aunque también puede ser que a mi cada día todo me daba igual, hasta el punto que casi me subo al tren yo voluntariamente. Pero una mañana después de una reunión sorpresa en la caseta del encargado, mi mente salió del standby, en el que había estado esta última temporada, para ponerse a funcionar a pleno rendimiento. Y la verdad necesitaba que así fuera ya que solo tenía una semana para pensar en algo que fuera definitivo, hay en campos que no basta con decirlo, también tienes que demostrar que tú eres un profesional. Recordé que cuando de joven tenía que buscar inspiración para salir de algún lio, solía dar largos paseos por la orilla del mar, y eso hice. Cuando llegue a la costa, que por cierto está a cinco minutos de mi casa, y aun así hacía tiempo que no visitaba, vi que lo de pasear tranquilo iba a ser un poco complicado debido a la cantidad de gente que me encontré paseando, el paseo del colesterol estaba en pleno funcionamiento, no tengo dudas de que la crisis algo tendrá que ver también con esto, de momento el pasear es gratis. Me vuelvo para mi casa convencido de  que el paseo de la brainstorming  lo tengo que realizar a las horas que la gente suele dormir, paseare de madrugada, a esa hora donde los del colesterol soñamos con panceta y donuts. Ni el primer, ni el segundo paseo de nocturno dieron sus frutos, el tercero día me pillo la madrugada y  no me convenció del todo, pero el cuarto fue redondo, joder que bueno soy, ahora solo falta que todo sea igual a ese amanecer. Tuve que esperar más de lo deseado, pero al final llego ese día, todos los informativos de la televisión y varias páginas de internet me confirmaban que la mañana del día siguiente sería la más adecuada para mi reunión con mi superior, y así quede con él por wasap, nos veremos a primera hora en la panta 25 de la obra. La niebla de esa mañana nos daría a los dos algo que necesitamos, a mí la tranquilidad, ya que sufro de vértigo, y a él, tiempo para pensar, 5 segundos, más o menos son los que tendrá antes de tocar suelo.